“Llevo casi dos semanas fatal, tanto yo, como mi hijo de 7 años. No estoy acompañando nada bien. Anteriormente, y menos avanzado el máster, acompañaba mejor que ahora. Que estoy fallando bastante. Mi hijo tiene explosiones emocionales muy fuerte día tras día y varias veces.Quizás al principio empiezo acompañando bien, pero al poco ya no. Estoy con ansiedad, nervios, agotada mentalmente. Ya que es a diario. Me falta paciencia, empatía, no juzgarlo etc. Me pasa que me enfado mucho, a veces termino levantando la voz. Luego cada vez me está tardando más en que se me quite el enfado, me dura mucho.También me está pegando de hace un tiempo para acá y sinceramente no soporto que me pegue. Yo no le pego, pero sí le digo: Me haces dañzo, para ya, o le aparto las manos sin mucha delicadeza. Que ya sé que no debería decirle eso ni apartarle las manos así.Ayer fue un día muy duro. Desde que salió de la escuela, además con lluvia, todo el camino hasta la parada de bus. Empezó a enfadarse, ya sale regular de la escuela, pero el día que no va también está igual. Me dijo que no se iba a subir estando así en el autobús, porque no lo mirasen la gente o dijeran algo. Llego un autobús y le dije que si nos subíamos o no. Me dijo que no, luego que sí. Paré al autobús, cuando nos montamos empezó a decir que no. Pero dije este viene casi vació, aprovechamos, el niño llorando, gritando, que no, que no. Casi se sale del autobús al cerrar las puertas, que gracias a dios no pasó. Me fui para adentro a sentarme.Y mi hijo seguía gritando, llorando, dando zapatazos. Se puso fatal, me decía vamos a bajarnos, por favor, por favor mamá, y yo que no, que no, que en nuestra parada, antes no. Y seguía llorando, gritando diciéndome: Te exijo que nos bajemos, que me estoy agobiando. Y yo por mis cojones, por el agobio y demás, que no y que no, que lo que estaba deseando, hablando malamente, era llegar a mi puta casa. Subió un hombre mayor y fue a decirle algo al niño, no le dio tiempo, automáticamente le dije: No, no le digas nada, no de muy buenas maneras. Se quedó cortado y siguió hacía dentro del bus. Mi hijo siguió todo el camino llorando muchísimo. Cuando por fin nos bajamos, decía que no andaba, que ojalá tuviera otra madre, que yo no había aprendido nada de Tania garcía.Yo luego, me sentí fatal por todo. Me harté de llorar varias veces al día. Siento que no puedo más con mi vida, con toda la situación. Le pedí perdón, me tenía que haber bajado del autobús y no hacerle pasar esa ansiedad y agobio que tenía. Se lo dije también. Me siento muy mala madre. Me siento culpable, mal, me está superando todo. Y por mucho que sepa como debería acompañar, no lo estoy haciendo en estas semanas. No sé como trabajar esto.Estamos los dos fatal, es insoportable estar así día tras día. El niño supongo que está así, por la separación, que fue en verano. Cuando se va con el padre está peor todavía, ya que si es muy adultocéntrico y no tiene nada de apertura, ni quiere saber nada de este curso.También sé que en la escuela, pues tiene sus cosas, me dice de cambiar y no tenemos otra dónde ir que sea No convencional. Y a una normal no lo apunto ni de coña. Puesto que al menos en esta nos ahorramos tema deberes, exámenes, no miran las faltas, ni horarios. A veces lo recojo hasta a las 12:30. También me pide hacer homeschooling, pero es imposible, tendría que ser rica. Y ni eso, padre se opondría.También es verdad que yo el tema de la separación lo he pasado muy mal y aún. Estoy dando clases de coche, ya que me lo saqué hace 7 años y no (conducí) nunca, me hace mucha falta para poder llevar al niño a la escuela. Pero no me veo conduciendo, me da mucho miedo y también tengo ese agobio en lo alto. Más el trabajo… Sé que no son excusas, ni deberían. Pero se me ha juntado todo.”